Hoy decidí que me quito la bata de mi abuela. Hoy decidí que voy a cocinar menos y voy a escribir más. Que voy a ir menos al supermercado y más al salón de belleza. Que voy a cargar menos víveres, pero que cargaré más maquillajes.

Muchas tenemos recuerdos de las batas de nuestras abuelas, olorosas a las comidas con las que crecimos comiendo. Esos eran otros tiempos, otras abuelas, otra identidad. Al menos así creía verlo yo.  Pero hoy, hoy me di cuenta que yo sigo usando la bata de mi abuela. 

Estoy pasando por un periodo de transición en mi vida. Dentro de pocos meses cumpliré 50 años y algo está pasando dentro de mí. Hoy mientras estaba en el supermercado y luego de haber gastado $250 en víveres, haber llegado a mi casa con 20 bolsas, vaciado los víveres, acomodado la nevera y el refrigerador y haber preparado todo en la alacena, fui y me miré en el espejo. Y lloré, porque vi el reflejo de mi abuela materna. No lloré porque la extraño. En realidad todos los días la recuerdo. Lloré porque me estoy pareciendo a ella. Eso no me gusta. Yo no quiero ser como ella. Mi abuela murió hace más de 35 años y cuando solo tenía un poco más de 50 años. 

El recuerdo de mis dos abuelas, es hermoso. Ambas usaban las mismas batas, pero yo me crié en la casa de mi abuela materna. Con ella aprendí a cocinar, siempre me cuidaba, éramos una familia alegre. Pero mi abuela, quien fue viuda desde muy joven y sufrió también la pérdida de un hijo, siempre tenía una bata puesta, no salía de la casa, su vida eran esas 4 paredes. Ella siempre estaba comprando víveres, mi abuela siempre estaba metida en la cocina dándole de comer a la familia, preocupada hoy con lo que iba a darles de comer mañana. Su propósito de vida era que TODOS COMIÉRAMOS EN LA FAMILIA. No quiero ser como ella. Muchas veces he reflexionado en su corta vida, en lo que aprendí de ella y he llegado a una conclusión. Estoy segura que ella no quisiera que yo lleve puesta esa misma “bata” que siempre ella usó. La bata del dolor, de la viudez, de las pérdidas, de las responsabilidades interminables, la bata de la falta de oportunidades. Sé que ella me recomendaría otro tipo de vida.  Su ejemplo de mujer viuda, lo bueno y lo malo de su vida, las cosas que ella hacia para proteger a su familia, para darles de comer en medio de la escasez etc., han sido de gran ayuda para mi en el ministerio. Pulse este enlace para conocer nuestras 6 Promesas para Mujeres sin Marido. 

Llegando a los 50 años, quiero honrar a mi abuela, al NO LLEVAR PUESTA SU MISMA BATA. Veo que las mujeres cargamos con más peso del que podemos sostener. Y así cargando ese peso… vamos rumbo a ser “viejas”. Me he dado cuenta que no vivimos nuestras vidas porque tenemos demasiadas responsabilidades. Si bien es cierto que hace 26 años yo me inscribí para ser madre y que todavía tengo un hijo de 15 años, al que tengo que darle de comer, yo he decidido que quiero cambiar mi vida, AHORA. No quiero sentirme obligada a ser vieja. No, no, no. Me niego a tener que seguir con esta bata puesta. Reclamo otro tipo de “vestimenta” para mi.

Llegando a los 50 años, quiero honrar a mi abuela, al NO LLEVAR PUESTA SU MISMA BATA. Veo que las mujeres cargamos con más peso del que podemos sostener. Y así cargando ese peso… vamos rumbo a ser “viejas”. Me he dado cuenta que no vivimos nuestras vidas porque tenemos demasiadas responsabilidades. Si bien es cierto que hace 26 años yo me inscribí para ser madre y que todavía tengo un hijo de 15 años, al que tengo que darle de comer, yo he decidido que quiero cambiar mi vida, AHORA. No quiero sentirme obligada a ser vieja. No, no, no. Me niego a tener que seguir con esta bata puesta. Reclamo otro tipo de “vestimenta” para mi. 

Mientras estaba en el supermercado comprando un enorme paquete de arroz, múltiples latas de habichuelas y una cantidad enorme de carnes etc. etc. pensaba ¿Señor,  porqué tengo que hacer esto, comprando esto víveres aquí, si esto no es lo que yo quiero comer ni hacer con mi vida? Hace un par de años que vengo batallando con este asunto.  Mi cuerpo me pide comer salmón, ensaladas y sopas. Sin embargo y por obligación con mi familia,  tengo que hacer arroz, carne, espagueti, plátanos etc. todos los días de la semana, comida que me tengo que comer si es que no quiero cocinar doble cada dia. (risas)

Hoy decidí que me quito la bata de mi abuela. Hoy decidí que voy a cocinar menos y voy a escribir más. Que voy a ir menos al supermercado y más al salón de belleza. Que voy a cargar menos víveres, pero que cargaré más maquillajes. 

Mujer, ¿cuál bata tienes que quitarte tú? ¿La bata del ejemplo de alguien en tu familia,  lo que te dijeron que tú tienes que hacer, lo que te han dicho que eres?. No es que seamos rebeldes o irresponsables, es que cada cual decide si se pone “esa bata” o si se la quita. Pulse aquí para leer el Blog, ¿Cúal será mi propósito?

Algún día cuando yo tenga nietos, he decidido que no me verán en “bata”. Tendrán una abuela super “rara” con Biblia en mano, evangelizando mujeres por el mundo, vestida con unos jeans ajustados, compartiendo con sus nietos lechugas orgánicas, maquillada como artista y con una computadora 👩🏼‍💻 en la otra mano. Esa será la nueva bata de su abuela. La bata que yo decidí tener puesta. Empezaré desde hoy a practicar esto. No más batas en la cocina para mí. No soy mi amada abuela. Soy Betzaida. 

(Nota: Cómo quisiera regresar el tiempo y estar allá en Puerto Rico en la cocina de mi abuela. Ella con su bata y yo con mis jeans ajustados, enseñandole las mismas “6 Promesas” que vi reflejadas en ella. Pido a Dios por el descanso eterno de mi abuela) 

¿AMARGADA DE LA VIDA?

Si sientes amargura, envidia, decepción de la vida, etc. y te la pasas “peleando” con Dios y con la gente…estoy segura que un libro en específico de la Biblia podría ayudarte a desahogar, canalizar y curar tus emociones, sentimientos y pensamientos. Te exhorto que leas hasta el final de este blog para que entiendas de que trata. Te aseguro que si sigues un plan de lectura podrás preguntarle a Dios muchas cosas y también podrás entender porque a veces te enojas con el por las cosas malas que te suceden. Es como preguntarse : “¿A donde está Dios cuando más lo necesito?”.

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Una Mujer sin Marido sufre menos si está ENTRETENIDA

Sé de miles de mujeres que viven sufriendo. Ya se han acostumbrado a vivir así. Hoy te recomiendo que PIENSES en que puedes entretenerte cuando la NOSTALGIA, DEPRESIÓN y PENAS vengan a “visitarte”. Sé por experiencia de lo que viví y de otras mujeres, que la mujer que más sufre es la mujer ABURRIDA. Esa mujer que se sienta a esperar y a pensar y a analizar el pasado, sin tomar acción en lo que espera, piensa y analiza. Esa mujer que sufre cuando le llevan sus hijos, cuando llegan los días festivos, cuando ve a otras mujeres “felizmente acompañadas” (según la foto que publican)

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