¿Princesa o una niña real? Mujer, hoy te aliento a que NO le hagas creer a tu hija que es una princesita o reina.  Tal vez lo seguirás haciendo, pero solo quiero poner mi granito de arena para ayudarte a proteger a la #reina de tu aldea. Al tratarla como una niña real,  lograrás afianzar sus pasos, para que ella camine por la vida como una verdadera hija de Dios y SIN PROBLEMAS NI TROPIEZOS, aunque no tenga zapatillas de cristal. Aunque  sigamos vistiendo de princesas a nuestras hijas (se ven preciosas) les vamos a decir que ellas no son verdaderas princesas pero si hijas de Dios y que aún siendo mujeres normales Dios las ama y puede hacer cosas extraordinarias con ellas, incluso convertirlas en VERDADERAS REINAS Y PRINCESAS, de esas que tienen títulos de la realeza, de la nobleza o de belleza.

Yo soy una #reina de la aldea, siempre seré una de ellas. No importa cuantos años pasen, siempre recordaré lo bello que fue mi reinado. Tampoco olvidaré lo que esos hombres me hicieron cuando era una niña y no tenía capacidad mental y física para defenderme. En la pag. 36 de mi libro, NUNCA MÁS TE SENTIRÁS SOLA, describo como fui coronada reina de mi aldea a los 5 años y como paradójicamente ya desde entonces estaba siendo abusada sexualmente. Estos abusos se extendieron hasta pasados mis 18 años, cuando todavía era vista y usada como objeto sexual a cambio de proveerme y cubrirme algunas necesidades básicas. (El libro describe una excursión por una aldea, en donde les enseñó una mejor manera de vivir a las mujeres sin marido. El recorrido se torna muy divertido luego que salimos del lugar más tenebroso de la aldea, en donde toco unos temas tenebrosos también)

Una aldea, según describo en mi libro, es la suma de los entornos en el cual una mujer es expuesta a través de su vida, ya sea una aldea con caminos polvorientos o en una bella casa en el más exclusivo de los suburbios. Todas tenemos una “aldea”. A la mía le llamo en mi libro, PROMESA.

Los “buitres” según describo en mi libro en la pag. 41 “son esas personas que andan volando en círculos sobre ustedes, sus hijos y sus familias, esperando un descuido suyo para atacar lo que ellos ven como delicioso desperdicio, pero que es lo más preciado que ustedes tienen”.

Hay en el mundo demasiadas #reina de la aldea, que son preciosas e inocentes niñas que son vistas como objetos disponibles para ser usadas por “buitres” que buscan satisfacer sus desviados deseos sexuales. Muchas de las mujeres que han sido abusadas sexualmente también fueron llamadas y vestidas como reinas y princesas mientras FUERON OBLIGADAS A CALLAR LOS ABUSOS. MUCHAS AÚN SIGUEN EN SILENCIO por el miedo a delatar al “buitre” que muchas veces es un familiar o figura de autoridad. La #Reina de la Aldea también representa a las mujeres que los “buitres” abusarán en el futuro si no hacemos algo para prevenirlo. Se piensa que estos abusos a nuestras niñas ocurren a través de trata humana, el matrimonio forzado de niñas, el turismo sexual, la mutilación de los órganos genitales o siendo secuestradas por extraños. La realidad es que la mayoría de las niñas son abusadas y atacadas sexualmente por los “buitres” que viven en las cercanías de su propia “aldea”, incluyendo dentro de su casa y por conocidos de ella y de su familia.

El abuso sexual en las niñas y niños es un problema global por lo que los gobiernos del mundo y muchas organizaciones están tratando de prevenir estos sucesos, pero NO han podido erradicarlo. Por más programas que promuevan, NADA va a cambiar si las mujeres no nos hacemos cargo unas de la otras y comenzamos a trabajar en este asunto desde ADENTRO de nuestras casas. Toda la prevención comienza cuidando, educando y protegiendo a las #reinas de nuestras aldeas que son nuestras hijas, nietas, sobrinas, vecinas, hermanas, estudiantes, primas, cuñadas, y cualquier niña o joven con la que tenemos contacto.

Mujer, continúa leyendo ya que también esto pasa en tu aldea, queda de tu parte aceptarlo y ser parte de la solución. Tengo en mi corazón un gran peso de educar a las mujeres para que aprendan a cuidar a las que ellas llaman #reinas de su aldea para que ninguna niña en el mundo tenga que ser víctima de abuso sexual, mientras es llamada y vestida como princesita y reina, debido a la insensatez, incredulidad, ignorancia y despite de su madre, abuelas y demás familiares. Muchas de estas madres que dicen amar a sus hijas, exponen a sus hijas ya sea dejándolas a la merced de los “buitres” o al exponerlas con sensuales vestimentas, despertando así el deseo sexual de los asquerosos buitres. Deseo educar a las mujeres para que sean sobreprotectoras con sus hijos y que desconfíen igualmente de conocidos y extraños que se acercan a sus casas.

No tengo por costumbre llamar a ninguna mujer “reina” o “princesa”, a no ser que sea una mujer que lleva algún título real, de nobleza o de belleza o sea, de esas mujeres que son verdaderas princesas y reinas. El resto de nosotras, usamos esos términos de reina y princesa para determinar lo especial que somos, o para escapar la realidad de nuestras normales y comunes vidas. De niñas, nos visten como y nos llaman princesitas y nos hacen creer que un día nuestro príncipe llegará para rescatarnos y hacernos felices para siempre en nuestro castillo encantando. Luego, cuando descubrimos la realidad, no nos resignamos a aceptarla y decidimos que seguiremos de adultas llamándonos reinas aún en contra de lo que se interponga. Y si eres cristiana, pues entonces insistes en llamarte reina alegando que eres la hija del “rey”, ese rey humilde que nunca nos llamó reinas a ninguna de nosotras pero que si nos llama y nos ama como sus hijas. Y así desando ser algo que no somos, llegamos a bien adultas con todas las frustraciones que nos causaron el nunca haber logrado ser una verdadera reina y así tristemente envejecimos deseando algo que nunca fue. Colorín colorado este frustrante y deprimente cuento se ha acabado. Para no deprimirme y deprimir a otras prefiero llamar a las mujeres por lo que son: sobrevivientes, luchadoras, preciosas, incansables, especiales, únicas, hijas de Dios.

Yo también he vestido a mi hija de reina, a la vez que la he cuidado para que no me le hagan mal. Siempre le dejo claro que no es una verdadera reina o princesa. Mientras escribía este blog me dijo, “No importa que tu no me llames reina, mi papá como quiera me dice reina”. Sonreí satisfecha, porque alguien tiene que mantenerla REAL Y ESE ES MI TRABAJO COMO MADRE.

Este traje que luce mi hija en la foto, fue el que yo use en mi reinado cuando tenía 5 años. Mi hija tenía 5 años cuando tomé esta foto. Atesoro esta imagen más que ninguna otra, porque ya este traje no está en mi posesión. Mi segundo marido, en uno de sus constantes arrebatos de bipolaridad, depresión y locura, lo tiró al camión de la basura junto con otras cosas que eran muy importantes para mi. Ese marido maltratante desapareció mi traje de reina, pero nunca pudo doblegarme el ánimo. Tiempo después, yo me convertí en su traje de reina,  me desaparecí de su vida y nunca más me pudo ver.

Te incluyo varios recursos para que sepas cómo proteger a la que llamas #reina de tu aldea incluyendo las técnicas que he usado yo con mis hijos. Comparte este mensaje con otras mujeres que aprecies. Juntas lograremos identificar, atrapar, reportar, desviar, asustar, encarar, sorprender y alejar a los “buitres” que de seguro abundan en tu aldea y en la mía también, ANTES de que ellos nos ataquen a nosotras o a nuestros hijos. Así, estando vigilantes le dejaremos claro al “buitre depredador” que no somos tontas ni pecadoras y que es mejor que se alejen de nuestras casas, iglesias, escuelas y aldeas antes de que los atrapemos y saquemos a la luz sus asquerosas desviaciones. Si estas cosas te parecen inciertas o imposibles, con más razón debes educarte ya que tus hijos están en un gran riesgo debido a tu falta de información.

1. SIENDO EXPLÍCITA CON EL TEMA- Todo el que me conoce sabe que no tendré miedo alguno en llamarle la atención, reportar a la policia o denunciar a cualquiera que intente hacerle daño a mis hijos. Por explícita me refiero a que dijo en voz bien alta y clara QUE DETESTO A LOS ABUSADORES DE NIÑOS. Esto le digo en conversaciones con familiares, amigos y conocidos.

2. SIEMPRE COMPARTO EN LAS REDES SOCIALES O PRIVADAMENTE reportajes en las noticias sobre abusadores sexuales para despertar incomodidad entre los que todavía creen que estas cosas no pasan en sus aldeas.

3. Estoy alerta a los hombres que preguntan más por mi hijos que por mi.

4. Estoy al tanto y alerta sobre los adultos que les dan demasidos regalos y atenciones a mis hijos sin motivo alguno.

5. No dejando que duerman en la cama de nadie, ya sea del mismo sexo o del opuesto. Nadie, es nadie. Sin excepciones.

6. No deje sus niños sin supervisión.

7. No deje sus hijos al cuidado de alguien quien usted sabe que tiene desviaciones sexuales, aunque sea su propio marido o esposo. Ej, si una mujer sabe que su propia pareja ve pornografía de niños, ¿qué le hace pensar que no abusará de sus propios hijos?

8. La seguridad de sus hijos no es negociable. Ej. Una mujer que se queda viviendo con un hombre que abusa a sus hijos, pero que paga la renta.

8. Cuando dejo mis hijos al cuidado de alguien en quien confió les recalco que los cuiden y le dejo saber lo que no acepto.

6. Les digo a mis hijos que nadie los debe tocar. Nadie es nadie. Sin excepciones.

7. No permito que nadie, sin excepciones, sienten mis hijos en sus piernas.

8. No dejo a mi hija en ningun sitio sola con ningún hombre. (La excepción es con su padre, el cual ha demostrado cuidado y amor especial por ella)

Todo lo que escribo en este blog es INCÓMODO. Se siente incómodo porque es la verdad. Una verdad que muchas veces pretendemos no ver. Mujer, protege a la #reina de tu aldea. Dios la bendiga y les regale sabiduría y discernimiento.

Lean este excelente artículo preparado por UNICEF Argentina y el cual tiene valiosa información para proteger del abuso sexual a las #reina de la aldea.

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Con respeto y cariño,

Betzaida

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